15 de Junio – una fecha: dos historias

La Masonería Argentina recuerda hoy a su hermano masón Eduardo Wilde, reconocido médico y catedrático que integró los cuerpos asistenciales organizados por nuestra Institución para colaborar con la sociedad durante la epidemia de fiebre amarilla que se desató en 1881. Previamente trabajó en las tareas asistenciales durante la epidemia de cólera en 1867 y como cirujano del ejército en la Guerra del Paraguay.

Wilde sirvió también en diversos cargos públicos, entre ellos diputado provincial y diputado nacional, diplomático y Director del Departamento Nacional de Higiene. Fue Ministro de Justicia, Culto e Instrucción del Presidente Julio Argentino Roca desde donde defendió en el Congreso de la Nación la ley 1.420 de Enseñanza Laica, Obligatoria y Gratuita y la ley de Matrimonio Civil.

Se inició masón en la Logia Constancia número 7 el 19 de setiembre de 1871, cinco años después que se esa misma ceremonia debió suspenderse en la Logia Consuelo del Infortunio número 3 porque Wilde no pudo llegar a tiempo ocupado en la asistencia a un enfermo.

Integrante de la Generación del ’80, escribió El Hipo , su tesis doctoral, Tiempo perdido, Prometeo & Cía., Aguas Abajo,Viajes y Observaciones por Mares y por Tierras y La primera noche de cementerio. Nació el 15 de junio de 1844.

Otro 15 de junio también tiene un significado especial para la Masonería Argentina. En 1918, el Presidente Hipólito Yrigoyen, que había decretado la intervención a la Universidad Nacional de Córdoba a solicitud de los hermanos masones que encabezaban la Reforma Universitaria, no convalidó la elección de nuevo Rector y, en consecuencia, habilitó el proceso de autonomía, cogobierno, extensión universitaria, concursos de oposición para los cargos docentes y periodicidad en el ejercicio de las cátedras, entre otras reivindicaciones. Fue la fecha del paso decisivo de un movimiento universitario que nació en Córdoba y se extendió a los ámbitos académicos de Buenos Aires, La Plata y Tucumán coronando con su Manifiesto Liminar del 21 de junio de 1918 cuyos conceptos echaron raíces en todos los países de América.

La Masonería Argentina, orgullosa de los roles que ha asumido en la historia argentina, recuerda a sus hermanos de esos tiempos en cuya huella recorre ahora el nuevo camino iniciático, progresista y filantrópico que le corresponde.

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