La Masonería Argentina lamenta que a veinte años de cometido el atentado contra la AMIA y del ocurrido contra la Embajada de Israel, la Justicia no haya establecido quienes fueron los autores materiales ni sus instigadores.
Los caminos explorados hasta el presente no han dado resultados de ningún tipo. La sociedad argentina en su conjunto observa consternada que esos interrogantes no se despejan y que las instituciones resultan especialmente dañadas.
En ese mismo sentido, la Gran Logia de la Argentina hace un fuerte y enérgico llamado al cese del fuego entre palestinos e israelíes porque tras el crimen de la guerra, las heridas y sus cicatrices demoran la paz anhelada.
Las balas silencian las palabras, anulan el razonamiento.
Egipto, Jordania e Israel fueron capaces de formular acuerdos que felizmente se extienden en el tiempo, es el momento de alcanzar los entendimientos pendientes para que el Medio Oriente deje de ser una herida sangrante.
La Masonería reitera que los caminos de la justicia y la paz son los que llevan a la armonía y al crecimiento de todos.