La Masonería Argentina recuerda hoy a tres masones que honran la historia de América Latina.
El tucumano Bernardo de Monteagudo fue hombre de leyes graduado en Chuquisaca, secretario de Castelli en la expedición al Norte tras la Revolución de Mayo. Dirigió La Gaceta, publicó Mártir, o Libre, organizó la segunda Sociedad Patriótica e integró la Logia Lautaro. Representó a Mendoza en la Asamblea de octubre de 1812. Tres años después fue editor de El Independiente, luego pasó a Chile como Auditor de Guerra del ejército de San Martín.
En Lima defendió posturas monárquicas y recogió rechazos, en especial durante la ausencia de San Martín por su reunión con Bolívar de quien luego se convirtió en hombre de confianza. Fue asesinado el 28 de enero de 1825 en la capital peruana.
José Martí nació en La Habana el 28 de enero de 1853. Fue periodista, ensayista, poeta, diplomático, catedrático de lengua inglesa, literatura francesa, italiana, alemana e Historia de la Filosofía, crítico de arte y literatura y traductor. Escribió para los niños y organizó un partido político y un ejército, participó en la Guerra de los Diez Años, fue encarcelado, obligado a realizar trabajos forzados y posteriormente desterrado. Publicó su denuncia en El presidio político en Cuba.
Martí describió las aberraciones de la esclavitud y denunció el colonialismo español. Fundó el periódico Patria(1892) y encabezó un grupo revolucionario. El 11 de abril de 1895 desembarcó en Playitas, provincia de Oriente, lanzó el Manifiesto de Montecristi. Murió en combate frente a las tropas españolas en Dos Ríos el 19 de mayo de 1895, poco después de haber regresado a Cuba para iniciar la que llamó “la guerra necesaria”. José Martí fue miembro de la Logia Caballeros Cruzados N° 62, del Gran Oriente Lusitano Unido, bajo el nombre simbólico Anahuac. Se lo relaciona, además, con las Logias Libertad N°40 y Armonía N° 52.
Eloy Alfaro, político y militar ecuatoriano, presidió su país en 1895-1901 y 1906-1911. Alineado en las ideas liberales, se exilió en Panamá tras fracasar en una insurrección. A su regreso apoyó el levantamiento contra el gobierno de Borrero; seis años después fue proclamado jefe supremo de Manabí y Esmeraldas y organizó un ejército que ingresó triunfante en Guayaquil.
En 1895 estalló la Revolución Liberal: Alfaro fue proclamado jefe supremo. El 12 de enero de 1897, una Asamblea Constituyente, se pronunció por el liberalismo y eligió como presidente a Alfaro que estableció la separación entre la Iglesia y el Estado y dispuso la construcción del ferrocarril Quito-Guayaquil. Durante su segundo gobierno se promulgó la Constitución de 1906, avanzó la construcción del ferrocarril transandino, la secularización en la enseñanza pública y obras de infraestructura y comunicación. En las elecciones de 1911 impuso como candidato a Emilio Estrada, después quiso obtener la renuncia de Estrada, fue depuesto y tuvo que abandonar el país. Regresó con otros dirigentes, fueron detenidos en Guayaquil y conducidos a Quito donde una turba asaltó la prisión y arrastró por las calles de la ciudad a Eloy Alfaro, Flavio y Medardo Alfaro, Luciano Coral, Ulpiano Páez y Manuel Serrano; sus cuerpos fueron quemados el 28 de enero de 1912.
La obra presidencial de Alfaro incluyó la exoneración del tributo territorial a los indios de la Sierra y a los montuvios de la Costa, la supresión de la prisión por deudas, la participación de la mujer en cargos administrativos y la creación de numerosas escuelas y centros de educación. Además, se pronunció por la independencia de Cuba ante la reina María Cristina y luchó por reponer la idea bolivariana de la Gran Colombia. Alfaro fue iniciado masón en Costa Rica, integró la Logia Rosa de América N° 36 de Panamá y perteneció a logias de Guayaquil. En 1905, recibió un voto de aplauso del Congreso Masónico celebrado en Buenos Aires. Poco después fundó la Logia Cadena Fraternal y Templo de la Amistad y la Logia La Ley Natural, en Quito. El Supremo Consejo del Perú le concedió el Grado 33°.
En jurisdicción de la Gran Logia de la Argentina y en homenaje a esos hermanos masones de América trabajan las Respetables Logias Bernardo de Monteagudo 414 (Paso de los Libres, Corrientes), José Martí 168 (La Plata) y Eloy Alfaro 556 (Ciudad de Buenos Aires).