14 presidentes, secretos ancestrales y enfrentamientos

Los masones en Argentina: 14 presidentes, secretos ancestrales y enfrentamientos con la iglesia y las dictaduras

Protagonistas y testigos de diversos hechos de nuestra historia. Por décadas estuvieron envueltos en un profundo halo de misterio. Pablo Lázaro, el presidente de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, le contó a Infobae quiénes son, qué hacen y qué piensan.

Por Adrián Pignatelli

En el centro de la imagen José Roque Pérez y, quitándose el sombrero, Manuel Argerich. Ambos eran masones y el genial óleo de Juan Manuel Blanes se llama Episodio de la Fiebre Amarilla

 

Fueron dos ejércitos descomunales los que se iban a enfrentar en la zona del arroyo Pavón, a unos cuarenta kilómetros al sur de la ciudad de Rosario. El de Justo José de Urquiza, jefe de la Confederación Argentina y el de Bartolomé Mitre, cabeza del Estado de Buenos Aires. El país, desde que se había dado por fin una Constitución, estaba partido al medio.

Fue el 17 de septiembre de 1861 cuando ambas fuerzas se trenzaron en un duro combate, y a las dos horas, en una decisión que Urquiza se llevó a la tumba, dejó el campo de batalla y dejó ganador a Mitre, que tampoco sabía si estaba ganando o perdiendo la contienda.

Edificio de la Masonería Argentina

Entre las especulaciones sobre lo que pudo haber ocurrido, fue que José Roque Pérez, el primer Gran Maestre de la Gran Logia los había reunido semanas antes para agotar todos los caminos de diálogo antes de tomar las armas. Los masones llaman a este episodio la “tenida de Unión Nacional”. Para ellos Urquiza se retiró por esta causa.

Hay una coincidencia en apuntar el origen de las logias en Londres a comienzos del siglo 18 con la conformación de la Gran Logia de Inglaterra. Si bien se registran una decena de logias que funcionaron durante la época colonial, el 11 de diciembre de 1857 se creó la Gran Logia de la Argentina. Su primera sede fue donde hoy se levanta el Banco Nación, frente a Plaza de Mayo, donde funcionaba el primer Teatro Colón. En ese entonces en el país existían siete logias.

El auditorio principal es uno de los salones que fueron abiertos al público en la última "Noche de los museos". Con el objetivo de aumentar el número de miembros, la gestión más reciente de la masonería argentina inició un camino de promoción; sin embargo, la mayoría de sus actividades mantienen un grado de exclusividad y secretismo para miembros, únicamente.

 

El primer Gran Maestre fue José Roque Pérez, aquel que quedó inmortalizado en el óleo de Juan Manuel Blanes en el que entra junto a Manuel Argerich a una casa donde yace muerta una mujer y una criatura busca sus pechos. Roque Pérez había quedado al frente de una Comisión Popular de Salud Pública, armada a las apuradas cuando la fiebre amarilla hacía estragos a comienzos de 1871 y muchos de los funcionarios del gobierno nacional y los legisladores habían abandonado la ciudad.

Tanto una etapa de la construcción del Colón como la de la sede de lo que ellos llaman el “Palacio Cangallo” fue diseñado por los arquitectos masones Francesco Tamburini y Jacques Henry Pellegrini, el padre de Carlos.
Pablo Lázaro, Gran Maestre de la Masonería Argentina

 

La actual sede -Perón 1242- abrió sus puertas en 1872 y fue especialmente diseñada para ser un templo masónico. Los arquitectos cuidaron que la acústica de sus salones no tenga nada que envidiarle a la del Colón.

La sede central simula ser una réplica del templo del Rey Salomón, que fue levantado alrededor del año 960 antes de Cristo.

 

Infobae fue recibido por Pablo Lázaro, el presidente de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones. Tiene 45 años, es ingeniero informático especializado en ciberseguridad. Desde el mismo sillón en que sentaron masones como Sarmiento y Mitre, contó que asumió la presidencia tres años atrás y que su período finaliza en el 2027. Tiene el record de ser el Gran Maestre más joven de la historia, que va en consonancia con una nueva corriente, que no solo apuesta por los más jóvenes sino por una política de puertas abiertas para sacarle a la masonería esa pátina oscura de misterio que la envolvió por décadas. En la masonería predominan los símbolos: hasta adoptan nombres, resabios de las épocas en que eran perseguidos; el de Lázaro es Mariano Moreno.

Optó por una metáfora futbolera para entender qué es la Gran Logia de la Argentina: “Si cada logia fuera un club, esto es la AFA; nuestra FIFA se llama La Regularidad”.

“Muchas de nuestras leyendas y alegorías -la masonería enseña a través de símbolos- tienen que ver con la construcción del templo del Rey Salomón. Masón significa albañil. Toda la leyenda simbólica -mazo, cincel, escuadra, compás- se basa en la filosofía de la construcción de ese templo”, explicó. “Tanto el Rey Salomón como los arquitectos y los personajes bíblicos que allí aparecen tienen una representación para nosotros”.

Los tipos de mandiles que se usan, según la jerarquía

 

Lázaro contó que “todos los grados transmiten enseñanzas pero las interpreta uno; lo que tienen de fantástico los símbolos es el libre pensamiento. La masonería enseña a través de símbolos que a su vez, más allá de la libre interpretación individual es también un punto de encuentro. Divisiones que han alejado a la humanidad por milenios, como por ejemplo, entender qué Dios es mejor que otro, en la masonería no se da: ahí se habla del Gran Arquitecto del Universo: para el creyente será Dios, para el agnóstico será el progreso, para el panteísta la tierra: es la interpretación individual. Y en ese escenario, los símbolos acercan”.

La escuadra -el equilibrio entre la materia y el espíritu- y el compás, que representa al espíritu, son los símbolos más conocidos para el común de la gente, pero existen muchos otros como los tres puntos, que representan tanto la igualdad, la libertad y la fraternidad, o la ciencia, la justicia y el trabajo. O el mandil, esa suerte de delantal que cubre el vientre, desde los viejos tiempos en que los albañiles tallaban las piedras y cuidaban su cuerpo por los impactos de los mazazos. Y la lista sigue.

Salomón vivió entre el 1015 y el 931 antes de Cristo, fue el tercero y último monarca del reino unido de Israel. Segundo hijo del rey David, se transformó en el amo y señor de un vasto territorio que iba entre los ríos Eufrates y Tigris. A contramano de cómo se dirimían los conflictos entonces, no se caracterizó por ser un monarca belicoso, sino por su muñeca política y diplomática.

“Las enseñanzas del Rey Salomón se toman desde que la masonería deja de ser operativa y pasa a ser especulativa; la operativa alude a los constructores de catedrales, que tallaban piedra sobre piedra y guardaban celosamente el secreto de la construcción, atesorados por los primeros gremios de la construcción, que estaban organizados en aprendices, compañeros en segundo grado y por último los maestros”.

El Gran Maestre dijo que “cuando se populariza la construcción y sus métodos son más accesibles, la masonería comienza a aceptar a filósofos, políticos, médicos, a todas las ramas del saber. En ese momento se convierten en especulativa. Convierten todo eso en alegorías simbólicas, y se abre a la discusión general los distintos temas”.

Fue así que a partir de ese momento se conocen a las grandes logias como la de los Libres -que son los constructores- y Aceptados, que son el resto de los masones.

La masonería se agrupa en logias y una logia es una unidad mínima de trabajo. Cada logia tiene objetivos, algunas más políticas y están las dedicadas a la filantropía o las eclécticas, que hablan de distintos temas. La federación que hay en un territorio es lo que conforma una gran logia.

No hay un papa mundial y no existe un organismo que los regule; parte de la legitimidad radica en el reconocimiento de otras grandes logias, como la Confederación Masónica Interamericana, que son las grandes logias de América, y la Conferencia Mundial de Grandes Logias. “Son puntos de encuentros no vinculantes, sino foros de debate”, aclaró Lázaro.

Hoy, en Argentina, funcionan 470 logias, con más de 10 mil masones. El nombre lo eligen los miembros que la fundan y el número que lleva adosado es el de inscripción. La denominación puede remitir a un ideal, como Tolerancia, o como homenaje a un personaje histórico, como es el caso de Alem.

Para los masones, la del 30 fue una década bisagra. A partir de los golpes de Estado y del totalitarismo, la masonería perdió cientos de propiedades y muchos masones cerraron sus logias. “La masonería florece en democracia, es una institución que se nutre de la diversidad, no de una ideología política determinada: es una federación de libres pensadores. Es el que se autocuestiona sus convicciones más íntimas y eso choca siempre con el totalitarismo”, remarcó Lázaro.

La relación con la iglesia católica

Una cuestión por demás ríspida es su relación con la iglesia católica. “La masonería es adogmática y propone el laicismo, la separación de la iglesia del Estado, con el respeto más absoluto a todas las religiones. Hubo papas masones, como Juan XXIII”, advirtió.

Reseñó a Infobae que “la masonería estuvo expresamente excomulgada por el código canónico hasta el Concilio Vaticano II, donde se reemplazó la palabra masonería por un genérico, en el que quedaron al margen las instituciones que maquinan contra la iglesia, así se consigna. La Congregación para la Doctrina de la Fe ratificó que el masón es incompatible con ser católico, basándose en distintas razones, como en una bula del siglo XVIII. Pero al leer la bula, es evidente que lo que pone de manifiesto la iglesia son cuestiones políticas”.

Nosotros sostenemos el derecho a creer y a no creer y según la iglesia practicamos “el relativismo moral”, lo que no es cierto. Nosotros estamos juramentados a respetar las leyes de la nación en la que vivimos. El límite es la misma ley. La garantía de un masón es que respetará a rajatabla las leyes de la nación, empezando con la Constitución Nacional. Incluso hay mecanismos internos para suspender o expulsar a miembros que infrinjan la ley”.

Fue durante la presidencia del masón Julio A. Roca que se aplicaron medidas tendientes a la separación de la iglesia del Estado: la ley 1420, la del matrimonio civil y la del registro civil, entre las principales. Los masones dicen que chocan con la iglesia por cuestiones políticas, no dogmáticas.

Poseen un Observatorio de la Ciudadanía en el que debaten cuestiones que están en el tapete de la discusión nacional, como fueron, por ejemplo, la despenalización del aborto o la eutanasia.

Lázaro dice que buscan generar ciudadanos que, mediante el debate y la discusión, generen propuestas proactivas para implementar en la sociedad. Dio el ejemplo de la Logia de Libre Pensadores de La Boca, donde el italiano Antonio Liberti fundó el club River Plate y otro masón, Leopoldo Bard, fue el primer presidente.

¿Por qué el misterio?

Siempre hubo un halo de misterio alrededor de la masonería, imagen que se fue acrecentando a partir de que los masones no se defendían. Lázaro atribuye el origen de esta imagen oscura a los tiempos del franquismo, que perseguía tanto a comunistas como a masones. Los exiliados republicanos que vivieron en nuestro país se nuclearon en la logia Prometeo y fueron los que insistieron a muchas generaciones a omitir decir que eran masones. Hubo gente que entonces creyó que la fortaleza de las logias radicaba en el secreto en sí.

Lázaro dice que a partir de no hace mucho, 2008, encararon la lógica opuesta y que no tienen nada que esconder. Hoy la sede central está incluida en la noche de los museos.

Lázaro insiste en que no son un grupo de presión, aunque aclaró que no están de acuerdo con todas las leyes, a las que estudian y analizan desde su observatorio.

Hasta no hace mucho la masonería era un ámbito exclusivamente masculino, y hace 23 años que funciona la Gran Logia Femenina de la Argentina. La presencia de las mujeres depende mucho de las sociedades; cuanto más conservadoras menos participación femenina.

Admitió que surge el debate a la hora de si José de San Martín fue o no masón. Lázaro sostiene que hubo muchas logias que se llamaron Lautaro, y que todas provenían de la logia llamada Caballeros Racionales, de Europa. Y que la verdad está en la documentación que los nazis se llevaron a Alemania cuando ocuparon Europa y que cuando los rusos se apoderaron de Berlín, fue a parar a Moscú. Hace años que se negocia recuperar dichos documentos.

Si bien Urquiza y Mitre se habrían puesto de acuerdo, no ocurrió lo mismo con Salvador Allende y Augusto Pinochet. Ambos eran masones y cuando ocurrió el golpe, el segundo fue expulsado.

La masonería está presente en la fundación de ciudades, como por ejemplo la de Necochea, Venado Tuerto, Gándara y La Plata la que, si se la observa desde el cielo, la disposición de las plazas reproduce la ubicación de las bancas en el templo.

Hay un proyecto de ley en la comisión de Asuntos Generales en el Congreso para decretar el 11 de diciembre como el día del masón, esos viejos albañiles que por siglos escondieron muchos secretos.

Pablo Lázaro
Gran Maestre

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