Cumplió 95 años la Reforma Universitaria

La supresión del internado hospitalario en Córdoba, el reclamo de los estudiantes y la intransigencia del Consejo Superior derivaron en una huelga y el pedido de intervención de la Universidad al gobierno nacional.

El Presidente Hipólito Irigoyen designó interventor de la Universidad Nacional de Córdoba a José Nicolás Matienzo quien dispuso el cese del rector y los decanos, además de un nuevo sistema para la elección de las autoridades.

El 15 de junio de 1918 la nueva Asamblea Universitaria, compuesta solo por los docentes, debía decidir entre los candidatosa rector Enrique Martínez Paz, apoyado por los estudiantes, y Antonio Nores, de la Asociación Cordas Frates, que respondía alos sectores tradicionales de la sociedad cordobesa.

El triunfo de Nores en tercera votación derivó en incidentes cuando los estudiantes sostuvieron que la elección había sido manipulada con respaldo eclesiástico. Los estudiantes, dirigentes de partidos políticos y representantes sindicales tomaron la sede universitaria.

El 21 de junio, los estudiantes dieron a conocer el Manifiesto Liminar, dirigido “a los hombres libres de Sud América”, redactado por Deodoro Roca.

Entonces Nores, después de una breve resistencia, presentó su dimisión, el Presidente Yrigoyen intervino la Universidad de Córdoba y designó a José S. Salinas, ministro de Justicia e Instrucción Pública, en una clara expresión del alcance nacional que había alcanzado el conflicto.

Un decreto de reformas dictado el 12 de octubre de 1918, incorporó los reclamos de los estudiantes. Entre ellos, se contaron:

– Autonomía universitaria, para que cada Casa de Altos Estudios dicte sus estatutos y reglamentos, el diseño de las carreras, la administración de sus bienes, el nombramiento y remoción del personal docente y de administración.

– Ingreso irrestricto para asegurar el derecho a la educación y que todo ciudadano pueda acceder a la formación superior.

– Concurso público de antecedentes y oposición para la designación de los profesores.

– Reconocimiento de los centros de estudiantes para su participación en la vida académica.

– Cogobierno de la Universidad a cargo de estudiantes, docentes y graduados para asegurar la participación estudiantil en la enseñanza y su específica representación en los órganos de gobierno.

La Reforma se extendió a las universidades de Buenos Aires, La Plata y Tucumán y también por América Latina. Así, en Perú, la Reforma fue encabezada por Víctor Raúl Haya de la Torre y con el paso del tiempo contó con la adhesión importantes personalidades americanas. En Brasil, Darcy Ribeiro; en Chile, Salvador Allende y Pablo Neruda, Germán Arciniegas(Colombia), Luis Jiménez de Asúa, en España, el guatemalteco Miguel Ángel Asturias, Jesús Silva Herzog y Alfonso Reyes (México), el dominicano Pedro Henríquez Ureña, los uruguayos Germán Rama y Emilio Frugoni y Rómulo Betancourt, en Venezuela, entre otros masones y no masones.

El término “reformista” designa desde 1918 a quienes adhieren a los principios de la Reforma Universitaria. Sus conceptos, que llegan a nuestros días, han nutrido también a intelectuales, científicos, artistas y políticos que luchan por la democratización de la cultura y la enseñanza.

La Reforma Universitaria contó con la clara presencia de la Masonería Argentina, a través, entre otros, de los hermanosGabriel del Mazo, Julio V. González y Alejandro Korn, además del Presidente Hipólito Yrigoyen.

Gran Maestre