Celebramos hoy el Día de la Bandera en conmemoración del fallecimiento de su creador, el hermano masón Manuel Belgrano, el 20 de junio de 1820.
La enseña patria fue izada por primera vez en las baterías Libertad e Independencia, a orillas del Río Paraná, en Rosario, provincia de Santa Fe, donde la juraron los soldados el 27 de febrero de 1812. Ese mismo día, el Triunvirato ordenó a Belgrano que se hiciera cargo del Ejército del Norte, tras la derrota de Huaqui. Esa fuerza protagonizaría el éxodo jujeño y las decisivas victorias de Salta y Tucumán.
El 13 de febrero de 1812 Belgrano había propuesto que los soldados lucieran una escarapela celeste y blanca. Cinco días después, la Junta abolió la escarapela roja que identificaba de los realistas y adoptó la blanca y celeste.
El 25 de mayo de 1812, Belgrano movilizó sus tropas hacia Humahuaca. En San Salvador de Jujuy, enarboló la bandera en los balcones del Ayuntamiento, en reemplazo del estandarte real. El 3 de marzo de 1812 el Triunvirato había dispuesto que Belgrano disimulara la nueva bandera en atención a las dificultades que afrontaba la política exterior del gobierno. Belgrano no se enteró porque ya se dirigía hacia el norte, pero recibió una admonición.
El Congreso de Tucumán (1816), adoptó la bandera celeste, blanca y celeste como símbolo nacional. El mismo Congreso, ya reunido en Buenos Aires, incorporó la presencia del sol en el centro, con 32 rayos flamígeros de clara influencia masónica.
La primera vez que se izó la bandera en la Capital Federal fue el 23 de agosto de 1812, donde actualmente se levanta el Obelisco.
En Rosario se levanta el Monumento Nacional a la Bandera, inaugurado el 20 de Junio de 1957, según diseño de los arquitectos Ángel Guido y Alejandro Bustillo con la colaboración de los escultores Alfredo Bigatti y José Fioravanti. Luego se incorporaron obras de Eduardo Barnes y accesorios de Pedro Cresta, además de las esculturas de Lola Mora recuperadas en el espejo de agua del Pasaje Juramento. El Monumento cuenta con una torre de 70 metros de altura que remata en un mirador, cripta en homenaje al General Manuel Belgrano, un Patio Cívico y el Propileo, en cuyo subsuelo se encuentra la Sala de Honor de las Banderas de América. Ocupa una superficie de 10.000 metros cuadrados con una Escalinata Cívica Monumental que une los cuerpos arquitectónicos.
En 1985, el Congreso de la Nación dictó una ley según la cual la Bandera Nacional debe tener el Sol de Mayo, dejando de lado cualquier diferencia entre su presencia y uso en los sectores públicos y privados.
Desde finales del siglo XVIII, cuando se instaló la primera logia en Buenos Aires, la Masonería Argentina siempre ha estado presente en los grandes acontecimientos y en la construcción del país y el concepto de ciudadanía. La Bandera como emblema de pertenencia, es homenajeada al término de cada reunión por lo que significa para cada argentino y porque representa a todas las banderas donde se esparce nuestro ideal sobre la faz de la tierra.