El 19 de abril de 1825, en la playa de la Agraciada, “Graseada” o Arenal Grande, en el departamento uruguayo de Soriano, desembarcó un grupo de hombres procedentes de las costas argentinas. Integraban el movimiento organizado por la logia masónica Los Caballeros Orientales, revolucionarios encabezados por el Coronel Juan Antonio Lavalleja.
Tomaron Dolores y Villa Soriano y constituyeron el movimiento Cruzada Libertadora que dio origen a la Independencia uruguaya, declarada el 25 de agosto de ese mismo año. Según algunas fuentes historiográficas, el número de “33 orientales” simboliza su condición masónica porque el 33° es el grado máximo de la Institución.
Lavalleja, exiliado en Buenos Aires ante la ocupación brasileña de la Banda Oriental, contó con el apoyo de los saladeristas afectados por la competencia desleal de los saladeros del sur del Brasil, que utilizaban mano de obra esclava.
Según Gerardo Caetano y José Rilla, de la nómina de 33 conjurados 21 eran orientales, había 3 argentinos, 4 paraguayos, 2 de origen africano y 10 cuya fecha y lugar de nacimiento se desconocen. Sus edades oscilaban entre 15 y 42 años, aunque el grueso de los libertadores tenía entre 25 y 35 años.
Tras la incorporación del general Rivera a las fuerzas revolucionarias, su victoria en Rincón de las Gallinas y el triunfo de Lavalleja en Sarandí, el Congreso General Constituyente reconoció a la Banda Oriental como incorporada a la República de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Brasil, entonces, declaró la guerra a Buenos Aires. El almirante Brown venció a los brasileños en Punta de Lara y en Punta del Indio, Oribe triunfó en el Cerro.
Posteriores divergencias entre Lavalleja y Rivera determinaron la participación de Inglaterra en el conflicto y la separación de la Provincia Oriental, tanto de Argentina como de Brasil.
El general Carlos María de Alvear, Venerable Maestro (Presidente) de la Logia Lautaro de Buenos Aires, había creado en Montevideo la Logia Caballeros Orientales, en 1814. Inicialmente se denominó Logia de Caballeros Racionales, al estilo de la que instaló Francisco de Miranda en Cádiz y en la que fue iniciado Alvear. En 1822, Caballeros Racionales cambió su nombre por el de Caballeros Orientales y en su seno se gestó tres años después la “Cruzada Libertadora” de los 33 Orientales. Llegó a tener alrededor de 300 miembros en una estructura de tres grados, según la jerarquía y la función de cada uno de sus miembros. La logia de los Caballeros Orientales se reunía de manera secreta en el bar “Los Patriotas”, en la actual “Ciudad Vieja” de Montevideo.
En 1830, las logias “Los Independentistas” y “Caballeros Orientales” fundaron la Logia “Tolerancia”, que fue reconocida por la Gran Logia de Filadelfia con el nombre de “Constante Amistad”. Caballeros Orientales reapareció en el siglo XX en jurisdicción de la Gran Logia de la Masonería del Uruguay.