Quiero agradecer a todos los Hermanos por el esfuerzo y por el acompañamiento con el que asumimos este desafío eleccionario, en condiciones históricas, nuevas para todos.

Los momentos que atraviesa el mundo y nuestro país no nos encontraron impreparados.
La serenidad, la prolijidad y la rapidez de este acto eleccionario son una prueba de ello.
Mi agradecimiento a todos los Hermanos, sin excepción, por este esfuerzo mancomunado.
Saludo y agradezco a los Hermanos que representaron espacios alternativos al nuestro.
Este proceso, al igual que todos nuestros trabajos, requieren de los acuerdos y de la colaboración que nos distinguen como masones y que hacen de nuestra Orden un modelo de institucionalidad.
Humildemente agradezco a quienes han decidido apoyarnos, y renuevo ante todos ustedes el compromiso de trabajar con responsabilidad, esfuerzo y alegría por el bien y el crecimiento de nuestra Orden.
Queridos Hermanos, ha concluido el tiempo de la legítima contienda de espacios y propuestas.
Volvemos ahora a dedicarnos y a convocarnos en aquello que nos trasciende: los destinos de la Masonería Argentina.
Durante la campaña, hemos usado el lema “Estamos Todos”.
No se trata de una frase superficial, mucho menos de un eslógan. Es nuestra forma de entender a la Masonería.
Con nuestros acuerdos y nuestras diferencias, con nuestros aciertos y errores, cada uno en el respeto de su Hermano, estamos todos juntos, estemos todos juntos, Hermanos Queridos, cobijados por esta institución que amamos y que necesita del trabajo mancomunado de todos nosotros.

Por el bien de la Masonería, por su futuro. Y pensando siempre en honrar nuestra tradición y en el servicio que debemos a nuestra sociedad.

Muchas gracias a todos.
Las puertas de la Gran Maestría están abiertas para cada Hermano, en todo momento.