
El mundo se ha conmovido con la foto del niño sirio muerto en una playa de Turquía. Aylan Kurdi, de tres años de edad, ya simboliza a las miles de mujeres y varones que huyen de África y Medio Oriente tratando de encontrar refugio en Europa.
Llama la atención la morosidad de los organismos internacionales y de las grandes potencias para detener las matanzas que se suceden desde hace demasiado tiempo bajo pretextos étnicos y religiosos.
La Masonería Argentina llama la atención sobre este tema que debe sensibilizar a los corazones nobles. Reclama, además, la inmediata participación de la Masonería Universal a través de sus organizaciones, para que cesen las muertes y se reponga una paz sostenible que preserve la vida humana como primer valor. Ésa será la base sobre la cual podrán contenerse las huidas en masa y sus secuelas.
Está también en crisis el sistema de asilo y, por encima, la solidaridad que nos merecemos los seres humanos. Durante 2015, miles de migrantes que huyen de guerras y persecuciones, han perdido la vida o se encuentran en estados que no se compadecen con valores de dignidad mínima.
Los masones debemos estar en la primera fila de la colaboración en esta hora aciaga de la humanidad.
